11 mayo 2017

nuevas multinacionales

Las empresas de mañana serán distintas a las actuales… Es el fenómeno de la globalización, de las fusiones y adquisiciones, de las tendencias y modas de los productos, del tirón de los consumidores que todos quieren comprar lo mismo… Como las empresas punteras en estos días no tienen nada que ver con las de hace 20 años…

¿Existe una nueva generación de multinacionales?

En este artículo analizamos el concepto de Nueva Geografía de la Inversión, para beneficiarse de cambios en los patrones de comercio global, concentrándose en grandes grupos líderes y en multinacionales emergentes susceptibles de convertirse en líderes en el futuro.
El concepto de la nueva geografía no es nuevo, pero llegó un momento en el que conseguimos explicar mejor dónde desarrollan las empresas su actividad. Durante muchas décadas, cuando hablábamos del lugar en el que las empresas desarrollaban su actividad nos referíamos al lugar en el que estaban físicamente. En qué mercado cotizaban, dónde estaban domiciliadas, dónde recibían el correo... Solía tratarse siempre del mismo sitio; por ejemplo si una empresa tenía su sede en Nueva York, cotizaba en la Bolsa de Nueva York y realizaba sus actividades en Estados Unidos. El país de domicilio nos servía para identificar perfectamente los riesgos que la empresa traía consigo.
Llegó la globalización, aumentó el comercio y se incrementó el número de empresas multinacionales. Pero, aun cuando sabíamos que el país de domicilio ya no resultaba tan preciso como antes, seguíamos sin encontrar un indicador mejor que nos permitiera identificar dónde una empresa realizaba sus actividades y, por tanto, a qué tipo de oportunidades y riesgos se enfrentaban los inversores al incorporarla a sus carteras.
Durante los últimos 10 ó 15 años ha aumentado el número de empresas que ofrecen información sobre los ingresos que reciben en los países en los que realizan actividades. Probablemente el mejor indicador para determinarlo sería de dónde vienen sus beneficios, pero no todas las empresas los hacen públicos. Lo que sí suelen proporcionar es información sobre los ingresos que reciben, al menos por región y cada vez más por país. Esto significa que, ahora podemos elaborar un perfil más preciso del lugar en el que una empresa realiza sus actividades, ya no según el país en el que esté domiciliada, sino analizando de donde provienen sus ingresos. Eso es lo que llamamos la nueva geografía: dónde desarrollan las empresas sus actividades en función de los ingresos. Lo que resulta interesante cuando analizas empresas de esta manera es que encontramos una mayor diversificación de la que encontraríamos si solo atendiéramos al país de domicilio. Por ejemplo, si nos fijamos en las empresas de mayor tamaño, la mayoría de ellas desarrollan actividades en muchos países. En Estados Unidos, por ejemplo, en torno al 30% de los ingresos que reciben las empresas del S&P 500 proceden del extranjero. En Japón las cifras son similares, alrededor del 30%. En Europa el porcentaje es aún mayor: casi el 50% de los ingresos proceden de fuera de Europa. Tiene sentido, porque la economía europea no ha crecido a un ritmo tan rápido y muchas empresas, especialmente en Alemania, pero también en el resto de países europeos, se han ido orientando hacia la exportación. Y exportan mucho a Estados Unidos y realizan numerosas operaciones en los mercados emergentes, sobre todo en China.
En mi opinión, probablemente Reino Unido sea el ejemplo más interesante. Más del 80% de los ingresos proceden de fuera del Reino Unido. Por eso, el Brexit no provocó una caída espectacular de los mercados, porque los mercados bursátiles no representan a la economía inglesa en sí misma. El mercado reaccionó a la debilidad de la divisa, lo que en realidad, en términos de conversión de divisas, favoreció a las empresas.
Recientemente hemos dado un paso más en este enfoque sobre nueva geografía. Cuando empezados a hablar sobre él, estábamos pensando en empresas multinacionales y en el comercio o en los mercados en los que vendían sus productos; era un enfoque basado en el producto. Y sigue siendo así. Cuando uno piensa en las grandes marcas, como Nestlé y Coca-Cola, se trata de empresas que operan a nivel global, lo que se encuadra en el concepto de la Nueva Geografía: hay que pensar en el lugar en el que las empresas realizan sus actividades teniendo en cuenta sus ingresos, y no su país de domicilio.
Pero existe otra generación de multinacionales que trabaja con servicios o en ciertos ámbitos tecnológicos. Pensemos en Amazon o en Priceline, o en muchas de estas empresas: son empresas realmente globales, pero no están moviendo nada entre países. Si acaso un poco de electricidad, ¿no? Se trata de una generación de multinacionales muy diferente. Por otro lado están aquellas que simplemente proporcionan servicios: la propiedad intelectual de lo que hacen. Este tipo de empresas también están evolucionando de forma muy interesante. En el contexto del concepto de la nueva geografía, nos centramos en ambos aspectos. Pero realmente cambia nuestro concepto sobre lo que significa el comercio y sobre dónde podemos encontrar valor.
Y esto, indudablemente, tiene su repercusión en nuestro enfoque de inversión. Creo que si pensamos en los países de forma individual, nos daremos cuenta de que seguimos teniendo una concepción del mundo muy industrial, condicionada por la vieja economía. Últimamente ha habido mucho debate sobre la falta de evolución de la productividad, y ello se debe a que muchos de los indicadores que utilizamos continúan enfocados en medir únicamente los bienes. Sin embargo, la evolución de los servicios también se mide; algunas estadísticas de comercio los contemplan y lo cierto es que algunas empresas basadas en servicios, como Amazon o Priceline ofrecen un claro valor añadido a la economía.
Tanto en las estadísticas económicas como en la forma en la que la mayoría de la gente habla sobre las ventajas que suponen para la economía, seguimos tendiendo a centrarnos en las empresas tradicionales con un producto con una marca. Una misma empresa puede estar proporcionando servicios de soporte informático a múltiples países y a clientes de todo el mundo, pero no necesariamente recogemos esta información.
Por último, prestemos atención al potencial de este nuevo tipo de multinacionales. En un mundo como el actual, esta cuestión resulta especialmente importante. Creo que la gente está preocupada por la globalización, por las posibles consecuencias de la aparición de barreras al comercio, por la posibilidad de una guerra comercial. No tengo claro que una guerra comercial tenga que afectar necesariamente a este tipo de empresas. Por eso creo que de alguna manera cuentan con un modelo más resistente y pueden contrarrestar los problemas que pueden surgir en los productos más básicos del comercio. Por ejemplo seguro que las materias primas van a verse afectadas por la evolución que vamos a ver en el ámbito de las pautas comerciales. En concreto las que afecten a los productos agrícolas, el acero y otras materias primas que van a tener que enfrentarse al aumento de los aranceles en el futuro.
Abrazos,
PD1: Las multinacionales venden en todas partes. Y la natalidad de cada zona es la que marcará quién comprará más en el futuro…
Países que serán cada vez más viejunos:
Y esto se junta con el Internet de las cosas. Lleva explotando en los últimos años y se desconoce hasta dónde va a llegar…
PD2: ¡Qué estamos en mayo, mes de María! Lo que ha dicho ayer el Papa sobre la Virgen ahora que va a Fátima:
La Madre de la esperanza
Queridos hermanos y hermanas:
¡Buenos días! En nuestro itinerario de catequesis sobre la esperanza cristiana, hoy miramos a María, Madre de la esperanza. María ha atravesado más de una noche en su camino de madre. Desde la primera aparición en la historia de los Evangelios, su figura emerge como si fuera el personaje de un drama. No era simplemente responder con un “sí” a la invitación del ángel: sin embargo ella, mujer todavía en la flor de la juventud, responde con valentía, no obstante no sabía nada del destino que le esperaba. María en aquel instante se presenta como una de las tantas madres de nuestro mundo, valerosa hasta el extremo cuando se trata de acoger en su propio vientre la historia de un nuevo hombre que nace.
Aquel “sí” es el primer paso de una larga lista de obediencias —¡larga lista de obediencias!— que acompañaran su itinerario de madre. Así María aparece en los Evangelios como una mujer silenciosa, que muchas veces no comprende todo aquello que sucede a su alrededor, pero que medita cada palabra y cada suceso en su corazón.
En esta disposición hay fragmento bellísimo de la psicología de María: no es una mujer que se deprime ante las incertidumbres de la vida, especialmente cuando nada parece ir por el camino correcto. No es mucho menos una mujer que protesta con violencia, que injuria contra el destino de la vida que nos revela muchas veces un rostro hostil. Es en cambio una mujer que escucha: no olviden que hay siempre una gran relación entre la esperanza y la escucha, y María es una mujer que escucha, que acoge la existencia así como esta se nos presenta, con sus días felices, pero también con sus tragedias, que jamás quisiéramos haber encontrado. Hasta la noche suprema de María, cuando su Hijo es clavado en el madero de la cruz.
Hasta ese día, María había casi desaparecido de la trama de los Evangelios: los escritores sagrados dejan entrever este lento eclipsarse de su presencia, su permanecer muda ante el misterio de un Hijo que obedece al Padre. Pero María reaparece justamente en el momento crucial: cuando buena parte de los amigos han desaparecido a causa del miedo. Las madres no traicionan y, en aquel instante, a los pies de la cruz, ninguno de nosotros puede decir cuál fue la pasión más cruel: si aquella de un hombre inocente, que muere en el patíbulo de la cruz, o la agonía de una madre, que acompaña los últimos instantes de la vida de su hijo. Los Evangelios son lacónicos, y extremamente discretos. Dejan constancia con un simple verbo de la presencia de la Madre: ella “estaba” (Juan 19,25). Ella estaba. No dicen nada de su reacción: si lloraba, si no lloraba… nada; ni siquiera una pincelada para describir su dolor: sobre estos detalles se ha disparado luego la imaginación de los poetas y de los pintores regalándonos imágenes que han entrado en la historia del arte y de la literatura. Pero los Evangelios solo dicen: ella “estaba”. Estaba allí, en el momento más feo, en momento cruel, y sufría con su hijo. “Estaba”.
María “estaba”, simplemente estaba ahí. Estaba ahí nuevamente la joven mujer de Nazaret, ya con los cabellos canosos por el pasar de los años, todavía luchando con un Dios que debe ser solo abrazado, y con una vida que ha llegado al umbral de la oscuridad más densa. María “estaba” en la oscuridad más densa, pero “estaba”. No se había ido. María está ahí, fielmente presente, cada vez que hay que tener una vela encendida en un lugar de neblina y tinieblas. Ni siquiera ella conoce el destino de resurrección que su Hijo estaba en aquel instante abriendo para todos nosotros, los hombres: está ahí por fidelidad al plan de Dios, del cual se ha proclamado sierva desde el primer día de su vocación, pero también a causa de su instinto de madre que simplemente sufre, cada vez que hay un hijo que atraviesa una pasión. Los sufrimientos de las madres… todos nosotros hemos conocido mujeres fuertes, que han llevado adelante tantos sufrimientos de sus hijos…
La reencontraremos en el primer día de la Iglesia, ella, Madre de esperanza, en medio de esa comunidad de discípulos tan frágiles: uno había negado, muchos habían huido, todos habían tenido miedo (Cfr. Hechos 1,14). Pero ella, simplemente estaba allí, en el más normal de los modos, como si fuera del todo natural: en la primera Iglesia envuelta por la luz de la Resurrección, pero también por las vacilaciones de los primeros pasos que debía dar en el mundo.
Por esto todos nosotros la amamos como Madre. No somos huérfanos: tenemos una Madre en el cielo: es la Santa Madre de Dios. Porque nos enseña la virtud de la esperanza, incluso cuando parece que nada tiene sentido: ella siempre confiando en el misterio de Dios, incluso cuando Él parece eclipsarse por culpa del mal del mundo. En los momentos de dificultad, María, la Madre que Jesús ha regalado a todos nosotros, pueda siempre sostener nuestros pasos, pueda siempre decirnos al corazón: “Levántate. Mira adelante. Mira el horizonte”, porque Ella es Madre de esperanza. Gracias.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy celebramos la fiesta de san Juan de Ávila, patrono del clero español y maestro de vida espiritual. Pidamos hermanos por todos los sacerdotes, para que sean siempre una imagen transparente de Jesús, Buen Pastor, y la Virgen María los sostenga a lo largo de su vida sacerdotal. También quisiera enviar un saludo desde aquí a los fieles de mi patria, que hace dos días celebraron la Solemnidad de la Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Luján. Mi corazón estuvo en Luján estos días. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.