26 marzo 2015

Unión Europea

Los dos males de Europa, el muy bajo crecimiento económico y el alto paro. ¿Volveremos a tener un paro del entorno del 7% desde el 11% que acumulamos tras la crisis? Eh, que es Europa que no es España…!!!
Y ¿seremos más parecidos algún día entre los miembros de la UE, o nos conformaremos siempre en la unión actual de países distintos? :
La deuda externa de muchos países europeos, la periferia, es del 100% del PIB. Esto es insostenible…
El NIIP:
Por último, envejecemos y no se toman medidas. ¿Qué será de nosotros en unos años?
En Europa lejos de converger, cada vez somos más distintos:
Con ingresos tributarios muy distintos:
Somos tan distintos:
Y donde lo único que se les ocurre a los políticos es que el BCE salga comprando bonos y los aparque, ¿cuánto tiempo, para siempre? De esta forma confían en estimular la parada economía de la UE… ¿Se repetirá la historia de EEUU? Lo dudo. Quieren que el balance de BCE sea de 3 trillones en año y medio, a 60.000 mill de euros al mes de compra de papelitos a los bancos. Menudo cacho negocio de fábula han hecho los bancos…, siempre los bancos.
Europa y Japón son los dos grandes estimuladores que verán como la FED estadounidense va por otro aire y empieza a subir los tipos y llevarse el flujo de dinero caliente hacia EEUU…
Es el viejo problema de Europa, se compraron bonos de la periferia y ahora no se sabe como devolverlos ya que no había comprador alguno…, menos el BCE que va a echar muchas manitas… Las posiciones de no residentes en España e Italia:
En España, la deuda en manos de extranjeros bate récords con 362.495 millones
La deuda pública del Estado en poder de extranjeros batió récords en 2014, con un aumento de 64.356 millones de euros en el curso del año. En concreto, de un total de 731.133 millones en circulación al cierre del pasado ejercicio, la cartera registrada de bonos, letras y obligaciones de los no residentes sumaba 362.495 millones de euros, frente a los 298.139 millones en deuda española que los inversores foráneos poseían a finales de 2013. Según las estadísticas publicadas por el Tesoro, eso significa el mayor volumen de la historia en euros contantes y sonantes, así como el mayor porcentaje de los últimos tres años, al acaparar los extranjeros en la actualidad el49,58 por ciento de la deuda del Estado total registrada. Esta fuerte subida experimentada por los títulos en manos de no residentes se explica por el regreso de la confianza y el relajamiento del riesgo para el bono español, y es una prueba de que buena parte del dinero foráneo que huyó de España en lo más duro de la crisis de deuda soberana, en 2012, ha regresado al país.
La fábrica Europea no funciona. En este proceso de globalización, sólo Alemania se ha salvado y sigue produciendo bienes industriales. Los demás países se desplomó su industria y no tiene pinta de repunte alguno…
Y si te fijas más, verás que es Alemania la que produce. Es Alemania la que es la UE, el resto no aportamos nada:
Siendo Italia, su tercera economía por tamaño, el gran lastre:
PIB de Italia: ya está en 1.540.000 millones de euros, mientras el español es de 1.033.000 millones de euros… Ellos son más, y son mucho más ricos…
Con muchos frentes abiertos…
Y la gran Francia muy paradita:
En Francia, el déficit público de diciembre 2014 terminó en -85.600 millones de euros, frente a los -74.900 mill de un año antes. Los gastos públicos subieron un 0,3% y/y y los ingresos públicos bajaron un -3.1% y/y. ¡Es demencial… EVIL austerity, ja, ja, ja! Pero tranquis, no pasa nada…, en España el déficit público es de 55.000 millones de euros, el 5% del PIB y nadie se queja… La Merkel está tan acongojada de que le pete Grecia y no le pague todo lo que debe que no dice esta boca es mía… ¿Estará cansada? Eso seguro
Alemania es la que debe tirar de toda la UE. ¿Puede ella sola? Lo dudo. Es la gran beneficiada de la depreciación del euro, es la que exporta fuera y no a otros países de la UE como hacen el resto, se beneficia de la bajada del crudo, es el país industrial, ya que tanto Francia como Italia no remonta su industria… Pero, puede ser que Alemania tire del resto del la UE ella sola??? Ni a tiros. Su ventaja: dejó atrás esa tímida entrada en terreno negativo de verano pasado:
Le va de fábula un euro débil…:
Ojo, es el único país que exporta fuera de la UE de forma contundente. El resto son peanuts…
Finlandia, ese país que tanta presión ejerció en la crisis, no remonta desde Nokia…:
La apreciación del dólar nos va a afectar menos de lo que nos imaginamos ya que no somos muy dependientes a fuera de la UE. Mira en los años de euro muy fuerte lo que nos pasó:
Y las previsiones es que siga apreciándose el dólar:
Y esta apreciación del dólar, ¿no tirará a la baja del oro también? Ay de los que pensaron que el oro era u refugio, la cantidad de saliva que he gastado alertando sobre el oro…
A pesar de la fuerte subida de las bolsas europeas, las revisiones a la baja de los beneficios se extienden…
Ya se cansarán las bolsas de subir sin argumentos. En EEUU, la gran subida de los últimos 6 años estuvo basada en parte en el QE, pero fundamentalemente porque había una gran subida de beneficios empresariales. En Europa rien de rien… y dudo que los tengamos fuertes.
Y los bonos, da igual de qué país, todos vuelven a ser iguales, como en la década de la bonanza ¿? No tiene lógica alguna…, sin proceso de armonización ni paso adelante en la unión, ¿por qué nos parecemos más desde el punto de vista financiero y no desde el punto de vista real? Porque le viene bien a los banqueros y a los políticos…
Al ritmo que va el BUND entrará en negativo en breves… Es ridículo. ¿Cuándo se dará la vuelta? ¿Será una vuelta importante? Apuesto a que sí…, que habrá grandes pérdidas en bonos…
Y la locura del 30 años alemán. ¿Qué pasa que nos van a durar tanto tiempo los tipos a CERo como para que el 30 años tenga que estar tan bajo? Demencial…
Y en materia de flujos, es curioso: mientras llega dinerito caliente a la UE de fuera para invertir en bolsa, huye el dinero de bonos y economía real al saber que la depreciación frente al euro les genera pérdidas… Sale más dinero de Europa que entra, luego el EURO baja, se deprecia…
Y encima de todo, tenemos a Grecia. Que Tsipras diga que la deuda de Grecia es impagable no aporta nada nuevo, lo sabemos todos. La clave es el cómo se afronta ese impago, quién decide que no se va a pagar nunca... Las formas importan y el miedo escénico a pasar a la historia como el malo de la película hace que se demore esta decisión. Grecia no pagará nunca todo lo que debe y, a pesar de ello, le vamos a seguir dando dinero por quítame allá esas pajas… Nadie quiere ser el que provoque la hecatombe desordenada de la ruptura con Grecia y el Grexit posterior…
España, Portugal e Irlanda, ninguno de estos países puede pagar todo lo que debe. Irlanda, de la que ahora se habla muy poco, tiene una deuda total del 415% de su PIB. Estos países (más Italia) estarán rezando para que con Grecia se llegue a un acuerdo y este pueda ser utilizado como precedente cuando vengan mal dadas, que, pienso, vendrán.
Un abrazo,
PD1: Ahora que se va terminando la Cuaresma, te animo a que pases por el confesionario…

Confesarnos, ¿por qué?

“El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo, que nos llena con el lavado de la misericordia y de la gracia que fluye incesantemente desde el corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y resucitado.” Papa Francisco, Audiencia 19/02/2014
1. Confesarnos, ¿por qué?
La Confesión es un sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados, cuando dijo a sus apóstoles: “A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes retengáis los pecados, les serán retenidos.” Jn, 20,23.
Porque la vida nueva que nos fue dada por Él en el bautismo puede debilitarse y perderse a causa del pecado. Por ello, Cristo ha querido que la Iglesia continuase su obra de curación y de salvación mediante este sacramento. 
Por la absolución sacramental del sacerdote, que actúa en nombre de Cristo, Dios concede al penitente el perdón y la paz, recupera la gracia por la que vive como hijo de Dios y puede llegar al cielo, la felicidad eterna.
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1420-1421; 1426; 1446.
2.¿Qué es el pecado?
El pecado es una falta contra el amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. San Agustín lo ha definido como el “amor de sí hasta el desprecio de Dios”. Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación (cfr. Flp 2, 6-9).
Los pecados se distinguen según su gravedad en mortal y venial. El pecado mortal destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave de la ley de Dios; aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su bienaventuranza, prefiriendo un bien inferior. El pecado venial deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la hiere.
Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: una acción que tiene como objeto una materia grave, cometida con pleno conocimiento (plena conciencia) y deliberado consentimiento.
La materia grave es precisada por los Diez mandamientos según la respuesta de Jesús al joven rico: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes testimonio falso, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre” (Mc 10, 19). La gravedad de los pecados es mayor o menor: un asesinato es más grave que un robo. La cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño.
Se comete un pecado venial cuando no se observa en una materia leve la medida prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento. El pecado venial debilita la caridad; entraña un afecto desordenado a bienes creados; impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y la práctica del bien moral; merece penas temporales. El pecado venial deliberado y que permanece sin arrepentimiento, nos dispone poco a poco a cometer el pecado mortal. 
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1849-1864.
3. ¿Qué se necesita para una buena Confesión?
Para hacer una buena Confesión es necesario: un diligente examen de conciencia de los pecados cometidos desde la última Confesión; la contrición o arrepentimiento; la confesión, o la acusación de los pecados hecha delante del sacerdote y la satisfacción o penitencia impuesta por el confesor al penitente para reparar el daño causado por el pecado.
Para hacer el examen de conciencia ayuda repasar los pecados cometidos desde la última confesión a la luz de los diez mandamientos, del Sermón de la montaña y las enseñanzas apostólicas.
La contrición consiste en el dolor y la detestación del pecado cometido, porque es una ofensa a Dios y a los demás, e incluye el deseo de no volver a pecar. 
Por la confesión o acusación el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia. Se deben enumerar todos los pecados mortales de que tienen conciencia tras haberse examinado seriamente, incluso si estos pecados son muy secretos, pues, a veces, estos pecados hieren más gravemente el alma y son más peligrosos que los que han sido cometidos a la vista de todos.
La confesión de todos los pecados cometidos manifiesta la verdadera contrición y el anhelo de la misericordia divina. Es como cuando enfermo deja ver su llaga al médico para que le cure.
La satisfacción o penitencia. Si los pecados causan daño al prójimo, es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas). La simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo. La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó. Liberado del pecado, el pecador debe todavía recobrar la plena salud espiritual. Por tanto, debe hacer algo más para reparar sus pecados: debe "satisfacer" de manera apropiada o "expiar" sus pecados del modo que indique el confesor. 
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1451; 1455; 1456; 1459
4. ¿Porqué pedir perdón a un hombre y no directamente a Dios? 
Sólo Dios perdona los pecados (cfr. Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2,5; Lc 7,48). 
Jesús, en virtud de su autoridad divina, confiere este poder a apóstoles (cfr. Jn 20,21-23) y a sus sucesores, los sacerdotes, para que lo ejerzan en su nombre. Cristo quiso que la Iglesia fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Y confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico. Por eso el sacerdote al confesar actúan "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo" quien, a través de él nos dice: "Dejaos reconciliar con Dios" (Cfr. 2 Co 5,20). 
Catecismo de la Iglesia Católica, 1441-1442
5. ¿Con qué frecuencia hay que confesarse?
Santo Padre durante la JMJ en Brasil 2013
Él nunca se cansa de perdonar, pero nosotros a veces nos cansamos de pedir perdón. Papa Francisco, Ángelus 17 de marzo 2014
Todo fiel llegado a la edad del uso de razón debe confesar al menos una vez al año. Además quien tenga conciencia de hallarse en pecado grave no puede comulgar, sin acudir antes a la confesión sacramental. Además, la Iglesia recomienda vivamente la confesión habitual de los pecados veniales, porque ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu.
La llamada de Cristo a la conversión sigue resonando en la vida de los cristianos. Se trata de una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia que recibe en su propio seno a los pecadores y que siendo santa al mismo tiempo que necesitada de purificación constante, busca sin cesar la penitencia y la renovación (cfr. LG 8). Este esfuerzo de conversión no es sólo una obra humana. Es el movimiento del "corazón contrito" (Sal 51,19), atraído y movido por la gracia (cfr. Jn 6,44; 12,32) a responder al amor misericordioso de Dios que nos ha amado primero (cfr. 1 Jn 4,10). 
El proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en la parábola del hijo pródigo, cuyo centro es el padre misericordioso (cfr. Lc 15,11-24). La fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna; la miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre, el camino del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría del padre: todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, pura, digna, llena de alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia, que es la Iglesia. Sólo el corazón de Cristo, que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza. 
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1428; 1439; 1457