29 enero 2015

Hay que hacer algo urgente...

Si seguimos posponiendo el problema, será más difícil solucionarlo…

Un millón de pensiones más que cuando empezó la crisis

Los afiliados por pensionista, en el menor nivel desde 2000
 
El sistema de pensiones sigue creciendo según lo previsto por el envejecimiento de la población española y por el efecto de la crisis, que ha llevado a muchos trabajadores a jubilarse de forma anticipada ante la imposibilidad de seguir ocupados.
De hecho, durante los siete años que dura ya la crisis económica (2008-2014) la Seguridad Social ha ido reconociendo pensiones de todo tipo hasta sumar un millón más. Así cuando arrancó 2008 el Ministerio de Empleo abonaba 8,33 millones de pensiones a 7,58 millones de pensionistas (hay alrededor de un millón de pensionistas que cobran más de una pensión). Y en la actualidad, siete años después, se abonan 9,27 millones de pensiones a 8,42 millones de pensionistas, lo que supuso un incremento de 11% en ambos casos.
Sin embargo, este crecimiento de pensiones, pensionistas y, por ende, del gasto en prestaciones, no solo no se ha visto acompañado de un aumento del número de cotizantes al sistema –que son los que pagan las prestaciones con sus cotizaciones a la Seguridad Social– sino todo lo contrario. El número de afiliados al sistema se ha recortado un 7,7% desde 2008.
Los cálculos apuntan que la Seguridad Social no volverá al superávit hasta 2020
Esta situación ha llevado el ratio que mide el número de afiliados (cotizantes) que ingresan dinero en el sistema por cada pensionista, que no ingresa y además cobra, haya caído a finales de 2014 a su nivel más bajo desde el año 2000.
En concreto ahora se contabilizan 2,25 cotizantes a la Seguridad Social por cada pensionista, frente al máximo de 2,71 que llegó a tener el sistema en diciembre de 2007, justo antes de iniciarse la crisis.
Según los expertos, si esta ratio se sitúa por debajo de los 2 cotizantes por pensionista el sistema de reparto en cuestión se hace del todo insostenible financieramente. Y esto es precisamente lo que le está ocurriendo al sistema español. Cuando el Ministerio de Empleo elabora esta ratio, lo hace incluyendo entre los cotizantes (aquellos que pagan) a los parados que tienen una prestación contributiva, ya que el Estado cotiza por ellos a la Seguridad Social mientras están cobrando esta ayuda. Es decir, el sistema recibe el dinero de las cotizaciones pero estas salen, a su vez, de las arcas públicas, por lo que una elaboración depurada de este ratio, que no contabilice las cotizaciones de los afiliados desempleados, indicaría que hay 1,97 cotizantes reales por cada pensionista. Esto ocurrió al cierre de 2014, por tercer año consecutivo, ya que 2012 fue el primer año, desde 1997, que este ratio caía por debajo del 2.
Es más, si este indicador de sostenibilidad financiera del sistema se hace teniendo en cuenta solo a los cotizantes ocupados y al número de pensiones, en lugar del de pensionistas, el ratio caería en la actualidad al 1,79, incurriendo en una clara situación de insostenibilidad financiera.
Estado financiero del sistema
Según explican desde Empleo, esta caída del ratio de afiliados por pensionista al menor nivel desde el año 2000 obedece, sobre todo, al continuado descenso del número de parados que reciben prestación (y, por tanto, el Estado cotiza por ellos), que no ha sido compensado con la intensidad necesaria por el aumento del número de cotizantes ocupados.
Así, para que esta evolución repercutiera positivamente sobre el ratio de afiliados por pensionista, los cotizantes ocupados deberían crecer más del doble de lo que caen los cotizantes desempleados y esto no ocurrió en 2014, cuando hubo 393.842 afiliados con empleo adicionales y 272.285 cotizantes parados menos.
Esta situación, existente desde hace tres ejercicios, ha hecho saltar las alarmas del sistema de pensiones, en números rojos desde 2011. Para enjugar este déficit, el Gobierno saca cada año del fondo de reserva de las pensiones el dinero que necesita para hacer frente a las catorce pagas de los 9,27 millones de pensionistas existentes.
Por ello, este fondo ha pasado de tener 66.815 millones de euros en 2011 a menos de 50.000 millones a finales de 2014. Todo apunta a que el pasado ejercicio la Seguridad Social incurrió en un déficit de más de 10.000 millones de euros, equivalente a alrededor del 1% del PIB, cumpliendo la previsión del Gobierno. En los próximos años se mantendrán los números rojos (0,6% de déficit previsto para 2015) y, según distintos cálculos oficiales, la Seguridad Social podría no volver al superávit hasta por lo menos 2020.

Objetivo inmediato: incrementar la tasa de ocupación

La creación de empleo es la principal solución, por no decir la única, a la situación deficitaria del sistema de pensiones. Este crecimiento de la ocupación genera más ingresos por cotizaciones que son la única fuente de financiación de estas prestaciones contributivas. De momento, el pasado año, la tasa de ocupación (porcentaje de personas en edad y disposición de trabajar que tienen un empleo) aumentó 2,3 puntos, hasta situarse en el 76,3%. Esto supone que en España hay más de 17,5 millones de personas con un empleo, de los 22,9 millones de activos en disposición de trabajar, según un informe de Randstad a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este repunte de la tasa de empleo fue consecuencia tanto del crecimiento de la ocupación masculina como de la femenina, si bien en el caso de los hombres ésta avanzó a mayor ritmo (2,8%) que en las mujeres (1,6%).
De esta forma, cuatro de cada cinco nuevos empleados que se incorporaron al mercado laboral hasta el tercer trimestre del año pasado eran varones. Entre los hombres, los mayores de 45 años encabezan la creación de empleo, con casi 195.000 puestos de trabajo más en los tres primeros trimestres de 2014. En las mujeres, casi la mitad de las trabajadoras que accedieron al mercado laboral eran menores de 30 años.
El año pasado, la tasa de ocupación aumentó en 15 comunidades autónomas españolas y sólo descendió en Canarias (-0,8%) y Andalucía (-0,3%). En ambas regiones, el retroceso se debió a la caída del empleo femenino, frente al avance de la ocupación masculina.
Abrazos,
PD1: ¿No habría que haber bajado las pensiones en estos últimos 6 años en vez de subirlas? No es muy popular esto que digo, pero se ha apretado el cinturón todos los asalariados…, menos los pensionistas…

Fedea dice que las pensiones deben bajar en paralelo a los salarios

El futuro de la Seguridad Social
En una entrevista con Efe, De la Fuente resalta que aunque la pensión caiga como fracción del salario no quiere decir que la pensión baje en términos absolutos, ya que lo normal es que los sueldos vayan subiendo. “Si la productividad se comporta bien, no quiere decir que estemos condenados a vivir con pensiones peores que nuestros padres”, insiste.
El director de este “laboratorio de ideas” económicas, una fundación independiente constituida hace casi treinta años a iniciativa del Banco de España, deja claro que las perspectivas demográficas a medio plazo “son muy malas desde el punto de vista de las pensiones”. En un escenario en el que cada vez va a haber menos gente en edad de trabajar soportando a un grupo cada vez mayor de pensionistas, “la situación es preocupante de aquí a 2050”, sostiene De la Fuente.
A su juicio, sin embargo, la última reforma “pone el sistema en piloto automático y consigue que no explote, obligando a que no se gaste mucho más de lo que hay”. La ley que aprobó el PP fija un suelo de subida de las pensiones del 0,25 % para los años malos (será la cantidad que subirá en 2015) y un techo para los años de bonanza del IPC más el 0,5 %. Sobre otra de las reformas más importantes acometidas por el Gobierno, la del sistema fiscal, considera que a pesar de los menores ingresos previstos por la bajada de impuestos “si la economía se comporta medianamente bien, el objetivo de déficit (4,2 % del PIB) no debería ser muy problemático”.
En todo caso, se trata de una modificación que “viene a deshacer la subida de emergencia que se hizo cuando llegó el PP al Gobierno” (que osciló entre el 0,75 % para el primer tramo de ingresos y el 7 % a partir de 300.000 euros) y no una “verdadera y necesaria” reforma en profundidad, que por otra parte considera necesaria. “La cosa estaba muy mal, necesitaban recaudar más y entonces subieron mucho los tipos del IRPF. Lo normal es que ahora que la situación no es tan crítica esa subida de emergencia se anule”, mantiene De la Fuente, a quien le gustaría pensar que la reforma que acaba de entrar en vigor ha sido “sólo un primer paso”.
Por otro lado, y aunque advierte de que no es un experto en la materia, el director del “think tank” tiene la impresión de que en políticas activas de empleo “hay muchas cosas que no funcionan”. “Se gasta mucho dinero en cosas que no tienen efectos que justifiquen ese gasto o que incluso directamente no sirven para nada”, lamenta De la Fuente, para quien en este campo, como en otros, hace falta un trabajo de investigación, en lugar de “tirar mucho dinero al aire a ver si hay suerte y conseguimos que funcione”.
A su juicio, en España “no tenemos una cultura de la evaluación” y de las experiencias piloto para lograr acertar con las recetas, un problema que no vincula a ningún partido político concreto, sino a una cuestión cultural.
PD2: Y por ahí fuera, ¿qué pasa?
El sistema público de pensiones español es un sistema de reparto. O dicho en otros términos, su estabilidad financiera depende fundamentalmente de la ratio entre beneficiarios y contribuyentes a la Seguridad Social.
La crisis y la demografía, entre otros factores, han provocado que la cifra entre unos y otros haya caído de 1,8 personas con 65 años o más por cada 10 personas entre 15 y 64 años en 1981 a una ratio de 2,6 personas en 2011, una tendencia que hoy por hoy sigue a la baja.
En el último Boletín Económico del Banco de España dedicado a las pensiones se ha elaborado un cuadro en el que se muestra cómo funcionan diferentes sistemas de pensiones públicos en el mundo y cuáles son los mecanismos de ajuste automáticos en cada caso.
En España, en virtud de la Ley de Reforma de las Pensiones, este ajuste se realiza en función del Índice de Revalorización (IR), que garantiza una subida mínima del 0,25% (la aplicada en 2014 y 2015) y una máxima del IPC más 0,5 puntos, así como el Factor de Sostenibilidad, que empezará a aplicarse cada cinco años a partir de 2019 a los nuevos pensionistas para ajustar el importe inicial de la pensión.
Éste es el cuadro del Banco de España sobre las pensiones en el mundo:
Según la publicación del supervisor bancario, “en buena parte de los países en los que existe un factor de sostenibilidad, la variable que genera el ajuste automático (en la pensión inicial, edad de jubilación u otros parámetros del sistema) es el incremento de la esperanza de vida”.
El Boletín Económico del Banco de España destaca los casos de Italia, Letonia, Noruega, Polonia y Suecia, en los que “las contribuciones de un trabajador a lo largo de su vida laboral se acumulan en una cuenta ficticia sobre la que se aplica un rendimiento en función de variables demográficas, económicas o ambas, que determina el valor de la pensión en el momento de la jubilación”.
Ahora bien, vayamos a casos más concretos acerca de cómo son otros sistemas de pensiones en otros puntos del planeta. Por un lado, si nos centramos en el norte de Europa nos encontramos con que países como Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, Holanda o Suecia, entre otros, emplean regímenes de solidaridad que proporcionan una mayor capacidad a los ciudadanos para aportar directamente o a través de las empresas.
Al contrario que en España, Grecia o Italia, entre otros puntos del sur de Europa, donde el sistema de pensiones es eminentemente público con aportaciones privadas, en los países del norte de Europa citados anteriormente los propios trabajadores eligen si desean un sistema público o uno privado en función del que consideren mejor para sus intereses.
En otros puntos del planeta, como en Estados Unidos o Canadá, por ejemplo, las pensiones públicas únicamente cubren los casos de necesidad mientras que el resto se centra en la iniciativa privada. En Chile, por otro lado, el sistema público de pensiones fue eliminado en 1981 y hoy es totalmente privado y obligatorio. Muchos países latinoamericanos siguen este modelo, con sus variaciones en cada país. Brasil, por el contrario, cuenta con un sistema de capitalización voluntario.
Por otro lado, así como en los países del este europeo predomina el sistema de capitalización, en el centro, concretamente en Alemania, el motor de la eurozona, llevan a cabo una mezcla entre el sistema de capitalización y el de reparto (el español); algo parecido aunque con diferencias sucede también en Francia y Bélgica, por citar dos ejemplos.
Por último destacar que, según el último informe de la OCDE sobre pensiones 2014,  las generaciones más jóvenes de los 34 países que conforman la organización “serán probablemente las que más dependan de las pensiones privadas en la jubilación, excepto en los países en los cuales las pensiones privadas ya han operado por largo tiempo”
PD3: Suben y suben… A este ritmo serán insostenibles en pocos años…
En el gráfico adjunto pueden Uds. observar la evolución, hasta la década del 2050, del número de afiliados a la Seguridad Social española, la del número estimado de perceptores de una pensión, y la de la denominada tasa de cobertura, es decir, del número de cotizantes existente por cada pensionista. La línea roja de puntos corresponde a nuestro momento actual.
Fuente: David López Belanche, “La sostenibilidad del sistema de pensiones en España” (http://www.elcaptor.com/2014/11/la-sostenibilidad-del-sistema-de-pensiones-en-espana.html#!prettyPhoto)
Bien, pienso que hay poco a comentar. Hasta mediados del período 2005 – 2010 tanto el número de afiliados como el de pensionistas fue creciendo, así como la tasa de cobertura; pero a partir de ese momento se produce un giro: el número de afiliados comienza a crecer menos que el de pensionistas, de forma que la tasa de cobertura comienza a derrumbarse. A partir del 2020 la situación es ya de colapso para el sistema pasando, en el 2050, a menos de 1,2 cotizantes por pensionista. Con ser esto tremendo hay algo peor.
El gráfico anterior se refiere personas: afiliados, pensionistas y afiliados por cada pensionista, pero no habla de dinero. Como Uds. conocen el sistema de pensiones vigente en España se rige por el modelo de ‘solidaridad intergeneracional’, es decir, los cotizantes presentes pagan las pensiones de los que se jubilaron ayer, y los cotizantes de mañana pagarán las de quienes ahora pagan. Y, como también Uds. saben, la Seguridad Social se nutre, básicamente, de las cotizaciones de empresas y de trabajadores: un trabajador cotiza un porcentaje de su salario y la empresa cotiza por cada uno de sus trabajadores en proporción a sus salarios.
Pues bien, en España –y en todas partes– se está dando un doble fenómeno: por un lado, el desempleo está aumentando debido a que cada vez se precisa de menos factor trabajo; por otro, los salarios están cayendo, bien porque está creciendo la contratación a tiempo parcial, bien porque lo está haciendo la temporal, bien porque el exceso de oferta de trabajo está tensionando los salarios a la baja. Esto implica que las cotizaciones sean tendencialmente menores por lo que los ingresos de la Seguridad Social tienden a la baja; de ahí que en España la Seguridad Social deba recurrir asiduamente a su caja de reserva a fin de poder satisfacer las pensiones. Lo anterior puede agravarse si finalmente las empresas obtienen rebajas en sus pagos por cotizaciones sociales a fin de ganar competitividad y ese menor ingreso no se ve compensado por otras vías.
Bien: menos cotizantes y un menor ingreso total. ¿Pueden Uds. imaginar qué va a pasar con las pensiones cuando se haya agotado la caja de reserva?.
PD4: Y el fondo de reserva lo estamos fulminando, en unos años no existirá…
PD5: Cuántas veces andamos agobiados, con problemas, con dudas en el trabajo o en casa, con molestias físicas y con depresiones… Qué fácil sería que cerráramos los ojos y nos imagináramos sentados en el regazo del Señor, debajo de una higuera, a mitad del camino a donde sea… ¿Qué nos diría? Yo no pararía de mirarle, de tocarle, de escuchar lo que me fuera a decir…
Lo mismo que dijo en su vida pública, nos lo está diciendo. Sólo hace falta leer un poco el evangelio y seguro que eso que dijo, aunque fuera a otra persona, nos lo estaba diciendo a nosotros, a mi en particular…
La mejor forma de descansar mentalmente del run run de cada día, de encontrar ese amigo que te escucha, que te da buenos consejos, es hacerlo en el Señor… Cuantas más veces descansemos en el Señor y le contemos nuestras preocupaciones, nuestras desesperanzas, más nos estaremos preparando para el descanso final…, que también nos llegará. Y cuántas ideas buenas nos irá contando hasta ese momento, cuántos buenos consejos, qué cantidad de agobios nos irá quitando…, cómo hará que recuperemos la esperanza, en que confiemos en su Providencia.