16 diciembre 2014

¿Qué está pasando?

Excelente resumen de lo que está pasando de Xavier Sala i Martín
Estados Unidos está creciendo a buen ritmo. El consumo de los norteamericanos se ha recuperado y la inversión empresarial ha vuelto. Las peleas políticas que llevaron el país al borde del “precipicio fiscal” han desaparecido. Los costes energéticos caen en picado gracias a la extracción de gas a través de la fractura hidráulica (“fracking”). Las reformas del sector financiero han dado frutos y los bancos americanos están más saneados que los europeos y los chinos. Las empresas siguen siendo las más eficientes e innovadoras del mundo y crean unos 250.000 puestos de trabajo mensuales, cosa que ha reducido la tasa de paro por debajo del 6%. Todo eso ha llevado a la Reserva Federal (el Banco Central de Estados Unidos) a anunciar que el año que viene empezarán a abandonar la política de tipo de interés cero que han mantenido desde que empezó la crisis. Siempre puede haber una recaída, pero parece que el motor norteamericano propulsa la economía con fuerza.
Europa, por su parte, empezó el año con optimismo. Después de un crecimiento negativo en el 2012 y nulo en el 2013, se esperaban tasas próximas al 1,6% en el 2014 gracias a la recuperación de países periféricos como Grecia, España o Irlanda. Sin embargo, a medida que ha ido avanzando en el 2014, la crisis se ha trasladado hacia el centro y el norte: empezaron Holanda y Finlandia. Siguió Francia. Incluso el crecimiento de la gran Alemania fue negativo durante el segundo trimestre.
Toda esta debilidad económica empezó a generar nerviosismo en Europa hacia el verano. En agosto, el gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pronunció un discurso con un mensaje claro: Europa tiene graves problemas y para superarlos hace falta que se siga una política con tres patas. Primera, el Banco Central Europeo tiene que imprimir más euros. Segunda, los gobiernos europeos tienen que hacer reformas estructurales que fomenten la productividad de los trabajadores. Y tercera, los mismos gobiernos tienen que dejar la austeridad fiscal a corto plazo y llevar a cabo políticas fiscales expansivas. Esta política de tres patas ha sido bautizada como Draghinomics.
Lógicamente, el señor Draghi sólo puede afectar a la primera de las patas. En este sentido, el BCE propuso facilitar crédito a largo plazo a los bancos para que presten a las empresas. Para ello, puso sobre la mesa unos 180.000 millones de euros, pero los bancos sólo cogieron 80.000. Parece que el crédito en Europa no fluye, pero no porque que no haya dinero, sino porque las empresas no quieren invertir. Y eso es muy malo. Ahora Draghi se plantea utilizar dinero del BCE para comprar deuda pública. Alemania se niega.
La segunda pata son las reformas estructurales. Algunos países como España hicieron algunas reformas de este tipo cuando estaban entre la espada y la pared, pero en general los gobiernos se niegan a hacer los deberes por miedo que sindicatos y sectores de la sociedad se reboten. Finalmente, la tercera pata del Draghinomics, la austeridad fiscal, sigue siendo el foco de debate entre intelectuales y políticos: mientras que una mayoría de economistas reclaman expansiones fiscales en tiempo de crisis (a cambio de austeridad en tiempo de bonanza), la presidenta efectiva de Europa, Angela Merkel, se opone visceralmente.
El debate entre defensores y detractores de la austeridad estuvo bien presente en las reuniones de Washington. Y mientras unos y otros debatían, llegó la noticia bomba: la producción industrial de la Unió Europea cayó un 1,8% durante el mas de agosto y la de Alemania cayó un monumental 2,8%. Todo parece indicar que, cuando salgan los datos del PIB del tercer trimestre, Alemania estará en recesión. Habrá que ver si eso hace cambiar de opinión Merkel sobre las bondades de la austeridad. Sea como sea, el pánico de entrar en una tercera crisis europea se ha extendido por todos los mercados: las bolsas han caído, las primas de riesgo de España y de Grecia han vuelto a disparar y el fantasma del 2012 ha vuelto a aparecer en la eurozona. Un déjà vu en toda regla que muestra que el segundo motor de la economía mundial sigue sin funcionar.
Un abrazo,
+ Subir impuestos hasta un nivel confiscatorio –han incrementado o subido más de 80 figuras impositivas–, la mayor carga impositiva de nuestra historia. Y si consideramos la presión fiscal soportada por una familia media española (matrimonio y dos hijos), esta es la más alta de toda la OCDE. En algunas de las comunidades autónomas más corruptas y gobernadas por lo peor de lo peor, hay que pagar además impuestos extraordinarios (patrimonio, recargos en el IRPF, etc.), como Cataluña o Valencia. ¿Por qué la Agencia Tributaria no investiga los viajes de algunos mandamases a paraísos fiscales? Por ejemplo, a Panamá. 
+ Mantener el gasto público improductivo, en particular el gasto corriente, que ha pasado de 159.900 millones en 2007 a 173.834 en 2013 en moneda constante; y sigue creciendo sin pausa. Solo las duplicidades entre Administraciones suponen un despilfarro anual de 34.000 millones de euros. Tenemos más coches oficiales que los EEUU. El salario medio de los empleados públicos casi dobla el de empleados del sector privado, algo que no sucede en ningún otro país desarrollado. Sobran más de 3.000 de las 4.000 empresas públicas, creadas en su mayor parte para colocar familiares y ocultar deuda. Hay dos millones de empleados públicos nombrados a dedo. Tenemos el doble de ayuntamientos de los necesarios, pero como dice Rajoy: “Eso no se toca”.
+ Se han dedicado más de 300.000 millones de dinero público y avales para rescatar al sistema bancario, sin molestarse en analizar siquiera qué entidades deberían haber sido salvadas y cuáles haber sido cerradas. Se llevan perdidos ya más de 50.000 millones y probablemente la pérdida final se acercará a los 140.000.
+ Poner en marcha una reforma laboral que ha consistido básicamente el abaratar el despido, fomentar el trabajo basura y facilitar la reducción salarial, recortando así la renta disponible de las familias en el porcentaje más alto desde la Guerra Civil.
+ Seguir gastando mucho más de lo que se ingresa –unos 80.000 millones de euros en 2014–, lo que ha elevado la deuda real de las Administraciones Públicas (pasivos en circulación) a más de 1,4 billones de euros, cifra que no podrá ser devuelta.
+ El sistema de pensiones está quebrado, todos los estudios actuariales lo demuestran. Hasta julio, los recursos habían caído un 5,1% y los gastos subido un 3,8 %. Están sosteniendo el tema con alfileres y con recortes lo más disimulados posible, porque no quieren soportar el coste político de un recorte abierto y significativo de las mismas, pero la cuestión no se sostiene. Estos insensatos lo saben y no están haciendo nada excepto ganar tiempo hasta las elecciones.
+ Permitir a los monopolistas de petróleo, gas y electricidad abusar de su posición dominante como jamás habían osado en el pasado, ante la inacción absoluta de la Comisión Nacional de la Energía, del Servicio de Competencia y de la Fiscalía Anticorrupción. Un ejemplo actual: las gasolinas y los gasóleos. Los precios internacionales han bajado un 30% desde el verano, lo que significa que, como más o menos la mitad del precio al público (precio antes de impuestos más IVA) es proporcional al precio del producto, estas deberían haber bajado la mitad, un 15%. ¿Y cuánto lo han hecho en realidad? Un 8%. Esto es lo que De Guindos y Rajoy llaman  “un ejemplo a imitar por Europa”.
+ La distribución de la renta y la riqueza es la más injusta conocida en España en más de cien años. A día de hoy es la más injusta, no solo de Europa, sino de la OCDE. Aparte, lo que esta concentración de la riqueza significa en términos morales y de sufrimiento humano tiene un efecto económico extremadamente pernicioso: la propensión al consumo de las rentas más altas es mucho menor que la de las rentas más bajas. Ello se traduce en que, para un mismo nivel de renta en un país con una distribución más igualitaria, el consumo es mucho mayor que en otro con una distribución más injusta. Y el consumo, como se ha dicho, es el 60 % del PIB. 
PD2: Y en las bolsas:

De la complacencia al pesimismo

Un mecanismo de autodefensa de la mente humana consiste en olvidar, en un periodo breve de tiempo, la angustia causada por los malos momentos. Posiblemente eso justifique que el hombre sea el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
La actual corrección de las bolsas no es la primera que se produce en este año. En enero tanto el IBEX 35 como el DAX se dejaron más de un 8%. En abril, tras la publicación de los decepcionantes datos de crecimiento europeo, las  bolsas  cayeron más de un 6%. En agosto el ajuste fue superior al 10%. Ahora la corrección es más profunda, superior al 15%, pero los temores de fondo que justifican las actuales caídas no son nuevos, aunque se hayan podido acentuar.
- La debilidad de la economía europea no es una novedad, ya provoco el ajuste de abril, aunque ahora el FMI cuantifique en el 40% la probabilidad de entrada en recesión, el doble que hace medio año. El problema del estancamiento secular de Europa no es nuevo.
- Las discrepancias en Europa entre Italia y Francia por un lado, y Alemania por otro respecto a las medidas de estímulos monetarios y estímulos de demanda tampoco son una novedad. Los dos países mediterráneos abogan por una relajación de la contención de los déficits y una actuación más decidida del BCE, mientras Alemania sigue firme en la exigencia de un control férreo de las cuentas públicas. Nada nuevo bajo el horizonte.
- Los temores sobre la capacidad de Grecia de poder dar por concluido su rescate financiero en diciembre afloran ahora, pero a nadie deberían sorprender.
- La dependencia de la bolsa estadounidense de la liquidez de la Reserva Federal desde el inicio de la crisis es evidente. Cada vez que se ha aplicado un programa de expansión cuantitativa (QE) la bolsa ha subido. Las subidas se han tornado en correcciones en cuanto han finalizado los distintos programas de QE, hasta la aprobación del siguiente programa. Ahora, ante la inminencia de la finalización del último y ¿definitivo? QE, las bolsas estadounidenses corrigen un 10% desde los máximos y después de multiplicar por más de tres su valoración en apenas cinco años.
La complacencia existente en las bolsas y los mercados de renta fija hasta hace apenas un par de semanas no podía durar eternamente. Sólo cuando los mercados financieros tienen fuertes correcciones y son noticia en los medios de comunicación parecen ponerse sobre la mesa los problemas existentes con anterioridad pero que las inyecciones de liquidez de los bancos centrales y los bajos tipos de interés parecen anestesiar.
No es la primera vez que las bolsas pasan de la complacencia al pesimismo en apenas semanas. En el corto plazo, la publicación de los resultados empresariales será determinante para recuperar parte del terreno perdido. En cualquier caso, la bolsa hoy está un 12% más barata que hace un mes.
PD3: Ahora recuperamos puntos gracias al consumo de nuevo… Mismos errores que antes. Pan para hoy y mucha hambre mañana…

¿Es el consumo el motor de la economía española?

Sí, por ahora el consumo es el motor de la economía española, del lado de la demanda; en el verano estaba creciendo a tasas del 2% anual respecto del verano de 2013: una buena cifra, sin duda. A finales del año pasado el motor era la exportación; esta arrastró a la inversión en equipo y maquinaria, y esta dio confianza a los trabajadores. Ya he explicado otras veces que cuando uno entra en el despacho del gerente y este le dice: “Pasa, pasa, mira los planos de la ampliación de la fábrica… no para ahora, claro, pero algún día lo haremos…”, esa persona sale confiada de ese despacho: “El jefe está pensando en crecer, no en echar gente a la calle. Mi puesto de trabajo está bastante seguro…” Y esto, sin duda, anima al consumo. Pues bien: me parece que esto es lo que hemos presenciado en los últimos meses en este país.
Esto (la recuperación de la confianza)… y algo más. La deuda de los hogares es muy alta, cerca de 1,2 veces la renta de las familias; es llevadera, porque los intereses son moderados, pero hay que reducirla. Y mientras no nos perdonen nuestras deudas, la manera convencional de devolver los créditos y las hipotecas es ahorrar. Pero las familias españolas no están ahorrando. Mejor dicho: ahorran lo necesario para pagar sus deudas, pero no más.
Esto tiene varias lecturas posibles. Una: después de un largo periodo de consumo restringido, vemos la oportunidad de “sacar la tripa de mal año” y volver a gastar “como en los viejos tiempos”. Vale: pero esto no es sostenible, si el crecimiento de la renta no lo hace posible. Y aquí es donde aparece la confianza: si el jefe no me va a despedir, mis ingresos son más seguros que antes, luego puedo incrementar mi consumo… aunque me encontraré pronto con el muro de la devolución de la deuda.
Y aquí aparece otro elemento de confianza: los tipos de interés son bajos, la liquidez es abundante, el Banco Central Europeo está dispuesto a hacer todo lo necesario para que salgamos de la recesión… Luego puedo contar con que la bonanza actual se mantendrá al menos durante un tiempo.
El resultado es que las familias españolas se están olvidando de su deuda y de su ahorro. Esto es bueno hoy, pero puede ser pan para hoy hambre para mañana si, como parece, la actitud de mucha gente es la del “carpe diem” latino: aprovecha el hoy. Por ejemplo, la industria del automóvil pedía hace unos días que se adelantase el Plan Pive previsto para 2015, porque las ayudas de este año ya casi se han agotado. Estimular hoy la demanda significa generar ingresos y confianza, pero puede no ser sostenible. A la larga, el consumo no puede crecer sistemáticamente por encima del PIB. Lo hizo en los años felices, hasta 2008, y luego pagamos la fiesta con una larga recesión. ¿Podemos volver a repetir la historia?
PD4: Tengo cuenta corriente en el Banco de Santander y, recientemente, me está breando con publicidad y ofertas de lo que sea… Que me compre una televisión, que me vaya de crucero…, me manda cartas diciéndome que ha vendido mis datos personales a otra empresa que me va a mandar más publicidad de sus mierdas… ¿No era un simple banco que me guardaba mi dinero, cobrándome por sus servicios, sacando tajada en el diferencial entre cuentas y depósitos y los préstamos que da…? Es que como no dan muchos créditos, tiene que buscarse la vida a costa de colocarnos lo que sea… ¡Qué pelmas!
PD5: Ayer en los lamentables, se me olvidó poner la demografía en España. Aquí te lo dejo:
PD5: "La oración no consiste en pensar mucho, sino en amar mucho", dijo Santa Teresa. Pues eso, cuando hagamos oración, hay que sacar conclusiones de cómo cambiar, de qué hacer, de cómo amar más… Si después de un rato de oración no tienes algún propósito nuevo es que no te ha cundido la charla con Dios.