29 septiembre 2014

29 septiembre 2014 Y Grecia qué...

Después de darles una millonada de euros, ¿podrá devolver algo alguna vez? Lo dudo. Ya está pidiendo una nueva quita de su deuda…
Mientras los mercados financieros parece se han olvidado de la crisis del euro la situación de la economía real se sigue deteriorando. El origen del caos fue Grecia y sigue sin resolverse. El gobierno griego del PP Europeo presidido por Samaras dice que Grecia va bien por qué les va bien el turismo tras la brutal devaluación salarial. Pero en una encuesta internacional reciente los griegos son el país más descontento con un 96% de la población.
El PIB es un indicador complejo y difícil de interpretar pero en el cuadro anterior se entiende el descontento de los griegos. Los griegos han reducido a la mitad su gasto en ropa y calzado desde 2009, 40% en bienes duraderos como coches o electrodomésticos, un tercio en ocio o restaurantes y un 14% en comida. Y esto es en media pero ha aumentado la desigualdad por lo que el ajuste se concentra en las rentas más bajas. O sea una depresión en toda regla.
Ante la alternativa de más depresión que representa Samaras y la derecha, el voto de izquierda ha subido con fuerza. Los socialistas cometieron el error histórico de pactar con la derecha un plan y una política económica desastrosa y están al borde de la desaparición. Syriza con su líder carismático Tsipras proveniente de tendencias comunistas lidera las encuestas y todo parece que formarán el próximo gobierno.
Syriza ha hecho público su plan de política económica. Mantiene la quita de deuda y advierten que será sin negociar con Europa, alegando razones humanitarias. En Grecia la deuda pública sigue creciendo y se aproxima al 185% del PIB. El rescate de la Troika ha reducido el coste de intereses hasta 4% del PIB pero el país está en una especie de hospital de infecciosos, incapaz de financiarse por si sólo en los mercados con ese volumen de deuda.
En España este economista observador advierte que los costes de impagar la deuda pública superan a los beneficios y lo desaconseja. Aunque también advierto que es necesario cambiar la política económica, aumentar el crecimiento y salir de la deflación para estabilizar la deuda pública y cerrar el déficit o la dinámica también acabará en impago. Hay tiempo y margen para evitarlo pero cada día menos.
En Grecia el impago es inevitable, aunque recordemos que ya se hizo una quita en 2011 y ha fracasado. Casi la totalidad de la deuda externa pública es con el ESM y los socios europeos y casi la totalidad de la privada es de la banca con el BCE. Por lo tanto, en una crisis de deuda la clave es saber quien va a poner el dinero y quien va a asumir las deudas. Rajoy no tiene opinión y hará lo que diga Merkel pero los españoles pagaremos el 10% del total de la quita.
Syriza cita de ejemplo la quita de deuda en Alemania en 1953, pero fue pactada y aceptada por los acreedores. Si la troika no acepta las condiciones y el BCE cierra a los bancos griegos el acceso a la liquidez, como le dijo a Papandreu cuando amenazó con impagar en 2011 o a Chipre en 2012, Grecia estaría fuera del euro en 24 horas con corralito incluido, como en Argentina 2001. Esto provocaría un contagio inmediato a países como Portugal, España o Italia y volveríamos al punto de origen pero con mucha más deuda pública.
Más controvertido es el plan de estímulo que Tsipras dice que aplicará tras la quita que han valorado en 13.500 mill de euros, el 7% del PIB. Incluye un plan de empleo con políticas activas para jóvenes y desempleados de larga duración, una paga extra para pensionistas por debajo de 700€/mes, luz gratuita para rentas más bajas, bajadas de impuestos, eliminación de la última subida del impuesto sobre bienes inmuebles, subida del salario mínimo, retrasará indefinidamente los desahucios de menos de 300.000€, recuperará la sanidad universal, eliminará copagos medicamentos y aumentará el empleo público sobre todo en ayuntamiento y regiones.
La pregunta irrelevante que siempre hacemos los economistas es ¿cómo se paga todo esto? La respuesta de Syriza es con fondos europeos que quedan disponibles y con lucha contra el fraude y recuperación de impagos de impuestos a la seguridad social y a hacienda. La cifra de ingresos que dan en el plan es 9.000 mill y la de gastos 13.500 mill. Pero la mayoría de gastos son permanentes y el riesgo es que sean mayor de lo previsto, especialmente la condonación de la deuda hipotecaria, y los ingresos son de una vez, como la recuperación de impago de impuestos, y el riesgo es que sean mucho menor de lo anticipado. Además reconocer que hay impagos de impuestos, es reconocer que los ingresos públicos son menores que las cifras oficiales y el déficit público mayor. Y dicen que no privatizarán empresas públicas.
Yo estaba preocupado antes de leer el plan de Syriza, pero ahora lo estoy aún más. Evidentemente el descontento de los griegos está justificado y Syriza no es el culpable del desastre, pero su plan no es que sea irreal es que no es de este planeta. Un país tiene los salarios y el consumo que sus empresas y su productividad se puede permitir. Subir artificialmente los salarios en un mundo global y competitivo con tasas de inversión empresarial, propias de un país pobre como las que tiene Grecia, sería un suicidio colectivo. Incluso saliendo del euro y devaluando un 70% la divisa este plan es claramente inflacionista y fracasaría.
La clave es reestructurar deuda pública y privada con apoyo financiero externo, concentrar toda la nueva renta en inversión, aumento del empleo y de la productividad y recuperar el consumo perdido gradualmente sobre bases sólidas y sostenibles. Esto incluye apoyo de pobreza extrema como prioridad o nada será sostenible. Pero en democracia los ciudadanos son soberanos hasta para equivocarse.
La pregunta es ¿tiene Europa un plan para frenar el contagio en caso de que los griegos quieran autoinmularse? Yo llevo tiempo preguntándolo en altas instancias de la Troika sin éxito en la respuesta. Por lo tanto, mi consejo estimado lector es que sigas siendo prudente. Todo el mundo quiere que la crisis acabe pero aún quedan muchas cosas por resolver y la única solución oficial es confiar en el hada de la confianza.
Abrazos,
PD1: Los riesgos de los diferentes países visto por BlackRock:
PD2: ¿Hemos conseguido estar seguros que no vamos a impagar la deuda? No lo tengo nada claro…

Costes de impagar la deuda

No pagar la deuda pública nos devolvería al agujero más negro

EE UU ha conseguido reducir su déficit público al 3% del PIB, creando ocho millones de empleos desde 2009. Europa sigue en depresión por sus propios errores de política económica. En España se ha destruido casi un 20% del empleo que había en 2007, la tasa de paro sigue al 25% y la mayoría de parados ha perdido su prestación. La crisis económica, como era previsible, ha mutado en crisis social y política.
Los nuevos partidos que recogen los votos de la frustración y la desafección critican los errores cometidos y proponen políticas diferentes. Sus críticas se centran en el cambio de la Constitución de agosto de 2011. Defienden que nuestro problema es la deuda y que la solución es el impago de la misma. Para su venta política la enmascaran con el calificativo de ilegítima y ponen de ejemplo a Ecuador en 1998. También usan de ejemplo a Islandia en 2009.
La reforma de 2011 lo que hizo fue introducir una regla fiscal, pero la Constitución en 1978 ya obligaba al pago de intereses de la deuda pública. Cualquier impago o cambio en condiciones de los bonos es inconstitucional desde 1978 con el 88% de apoyo popular en un referéndum. Y se introdujo porque España en los últimos 150 años impagó sistemáticamente su deuda pública y siempre con la excusa de ser ilegitima.
Bravo Murillo en 1850, la primera República, Primo de Rivera y la segunda República repudiaron la deuda por ilegítima e impagaron. Impagar te deja fuera de los mercados de financiación internacionales por un periodo indeterminado. Mínimo tres años y máximo ochenta, como le sucedió a España tras el impago de Raimundo Fernández Villaverde en 1899. La pregunta es ¿cómo financiar el déficit público y el pago de salarios de funcionarios, de pensiones, de sanidad y educación durante esos años?
Islandia no impagó su deuda pública. Islandia dejó quebrar a las filiales extranjeras de sus bancos que habían captado depósitos por Internet, principalmente en Reino Unido. Pero los islandeses se gastaron 25% de su PIB en rescatar a sus bancos de la quiebra. Y para financiar el periodo sin acceso a los mercados pidieron un rescate al FMI con fuerte condicionalidad.
Ecuador tenía 10.000 millones de deuda pública en 2008 y es un insulto a la inteligencia que se use como referente. España tiene un billón de euros de deuda pública pero aún está lejos de países como Grecia, Portugal, Irlanda o Italia. Nuestro problema es la deuda privada y externa. Nuestros bancos le deben al BCE 200.000 millones y un impago de la deuda pública les cortaría el acceso a esa financiación. Por lo tanto, un impago no pactado con el BCE y el Fondo Europeo haría que la crisis de Bankia de 2012 pareciera pequeña y nos situaría en una situación como la de Argentina 2001, con corralito incluido.
Un impago desordenado aumenta los costes de financiación de empresas, menos inversión, menos empleo, más paro, más pobreza, mayores tipos para las hipotecas y más desahucios. En España es necesario reestructurar deuda privada de familias y empresas, como recomienda el propio FMI. Pero impagar la deuda pública unilateralmente nos devolvería al agujero más negro de nuestra historia. El problema es que si no cambia urgentemente la política económica española y europea estas ideas suicidas seguirán ganando fuerza.
PD3: ¿Por qué "separado" se escribe todo junto, y "todo junto" se escribe separado?... Porque... ¡las apariencias engañan! Vivimos en un mundo donde casi todo el mundo tiene que aparentar lo que no es, por fardar, por el qué dirán, por vanidad… ¡En qué mundo más arrogante y complicado vivimos!