04 febrero 2014

4 febrero 2014 ¿Y ahora qué hacemos con la política monetaria?

Hemos dejado los tipos a cero, hemos engordado los balances de los bancos centrales de un dinero no típico que algún día habrá que devolver, hemos conseguido sacar de la recesión del 2009 a las economías…, pero el crecimiento es tan pobre que como venga una recaída nos pilla sin músculo financiero para ayudar más…

Final abrupto de la política monetaria

Los principales Bancos Centrales occidentales, capitaneados por la Reserva Federal de los Estados Unidos, vienen implementando desde el estallido de la actual crisis sistémica una política monetaria no convencional. Además de rebajar los tipos de interés oficiales prácticamente al 0% han expandido el tamaño de sus balances. Se trata de la percepción errónea de que inundando de dinero al sistema se reactivará el ciclo económico. Sin embargo, en una crisis por endeudamiento, o recesión de balances, como la actual, la política monetaria es totalmente inefectiva.
Lo peor no es que en sí misma esta política monetaria sea inefectiva a la hora de reactivar el ciclo económico real, sino que además genera efectos tremendamente perversos. A pesar de ello, la mayoría de los economistas y académicos han aplaudió y aún siguen aplaudiendo una política monetaria nociva, que nos va a llevar al mayor colapso coordinado de los mercados financieros de la historia. La razón es muy sencilla, no han entendido el papel de la deuda y la naturaleza endógena del dinero en la actual crisis sistémica. Por eso, confunden los síntomas de la expansión monetaria de los Bancos Centrales, el aumento del precio de los activos financieros e inmobiliarios, con signos de una recuperación sostenible del crecimiento económico real.
En un entorno donde el activo seguro apenas ofrece rentabilidad, se fuerza a los inversores a buscar rendimientos a toda costa, incentivando la toma de riesgos excesivos. Como consecuencia se generan tremendas inflaciones de activos –financieros e inmobiliarios- donde los precios de los mismos suben de manera irracional, apoyados en argumentos peregrinos. En este contexto, los bancos, la mayoría de ellos insolventes, asumen importantes riesgos en sus apuestas bajo la confianza de que si al final las cosas iban mal, las autoridades monetarias los rescataran, como hasta ahora ha pasado.
Los bancos centrales, elementos peligrosos
En realidad, desde la crisis de distintos países emergentes en el período 1997-1998, los Bancos Centrales, temerosos de caer en un proceso de deflación por endeudamiento, se han dedicado a gestionar el riesgo, implementando una política monetaria preventiva de estabilización que genera un tremendo problema de riesgo moral, porque al final los inversores terminan incrementando aún más su apetito por el riesgo, aumentando su apalancamiento, haciendo todavía más vulnerable a la economía global.
Desde el punto de vista de la valoración, se modifica el perfil temporal de los rendimientos de los activos mobiliarios e inmobiliarios, inflándolos hiperbólicamente. Al final estas exuberancias irracionales acaban pinchándose, pero cuando estallan, pensemos en nuestra burbuja inmobiliaria, terminan provocando recesiones-depresiones.
En la actual crisis sistémica, en vez de aprender y corregir los desequilibrios, básicamente reducir y reestructurar el tamaño del sistema bancario acorde con la economía real, se inicia de nuevo una huida hacia adelante y se acuden a las expansiones cuantitativas de los balances de los Bancos Centrales. Éstos aumentan el tamaño de sus balances considerablemente, bien financiando bancos zombis insolventes, o bien comprando en mercado secundario deuda pública o privada, y, si hiciera falta, bolsa. Los Bancos Centrales se convierten en la nueva centrifugadora del riesgo de mercado. Hemos pasado de la burbuja inmobiliaria y bancaria, a la madre de todas las burbujas. Pero estamos cerca que esta política monetaria explote a la par que se hunden los mercados financieros de riesgo.
Un final abrupto
La práctica totalidad de los activos financieros de riesgo están sobrevalorados, pero los inversores siguen estando excesivamente optimistas y complacientes. Sólo es cuestión de tiempo esperar a que se desate la siguiente fase de venta masiva de los mismos. En ese escenario emergerán todas las miserias de occidente, la descomunal deuda, privada y pública, y la insolvencia bancaria.
Como consecuencia se activará un círculo infernal que se irá retroalimentando: crisis de deuda-crisis bancaria-deflación por endeudamiento. El crecimiento económico se hundirá, la recesión se intensificará con fuerza. Solamente se salvarán aquellos países occidentales más ligados a la producción, y menos endeudados, aspectos que han ido unidos -Alemania, Austria, Países Nórdicos, Australia, o Canadá. España entrará en una triple recesión.
Al final a esta situación se ha llegado por que desde los distintos gobiernos, organismos supranacionales y autoridades monetarias se ha protegido a una gerencia bancaria insolvente y a unos acreedores profesionales que no asumieron el riesgo de sus inversiones. Para ello han contado además con la inestimable ayuda de la mayoría de los economistas y académicos.
Desde finales de los 80 hasta principios de los 2000, muchos académicos notables intentaron reescribir la historia argumentando que fue la política monetaria y no la fiscal la que permitió a los Estados Unidos salir de la Gran Depresión. Para ello utilizaron el argumento de que la oferta monetaria se incrementó significativamente desde 1933 a 1936. Sin embargo, ninguno de estos académicos se tomó la molestia de mirar que ocurrió en el lado de los activos de los balances bancarios. Si lo hubiese hecho, ahora estarían temerosos, muy temerosos.
Abrazos,
PD1: Este recopilatorio de lo que dicen los principales economistas españoles es interesante:
Después de varios años de incumplimientos del objetivo de déficit marcado por Bruselas, por razones diversas, tampoco parece que se haya alcanzado en 2013 la meta prevista del 6,5% del PIB. Por abrumadora mayoría, los expertos que han participado en el debate de Economismo creen que se excederá el límite, pero descartan que la desviación sea excesiva —6,8% del PIB es el dato más repetido— ni que ello vaya a tener consecuencias serias por parte de Bruselas. Otra cosa es lo que pueda pasar con el resto del programa de consolidación hasta 2016, cuyo cumplimiento creen imprescindible, pero para lo que exigen la adopción de nuevas medidas por el lado de los ingresos y los gastos.
Mónica Melle, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid, atribuye a la “errónea política económica del Gobierno” y recuerda que la tendencia creciente de la deuda pública “compromete cada vez mayores gastos financieros” y que el importante gasto derivado de las prestaciones por desempleo, al margen de otras cuestiones, “perjudica la generación de ingresos públicos”. Su conclusión es que “con este panorama es difícil cumplir el programa hasta 2016”.
Rafael Myro, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, cree que el déficit estará más cerca del 7%. Una cifra con una lectura parcialmente positiva, a su juicio, porque supone que el Gobierno ha renunciado a cumplir con los elevados recortes previstos. Pero también tiene un lado negativo, admite Myro, por cuanto refleja la ausencia de medidas para corregir el bajo nivel de ingresos públicos en relación al PIB, pese a los altos tipos impositivos.
También en la órbita del 7% del PIB sitúa el objetivo de déficit José García Solanes, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Murcia, que atribuye principalmente al déficit del Estado. Por varios motivos: pago de intereses (un 15% más que en 2012), escalada de la deuda pública y subida de las transferencias a la Seguridad Social y el pago del desempleo. Su conclusión es que “o bien el Gobierno se equivocó en sus cálculos presupuestarios, o bien se ha dado a sí mismo un plus de relajación en el cumplimiento de la consolidación fiscal”, quizá para ayudar a la actividad económica. García Solanes es el primero en mencionar que el cumplimiento del plan hasta 2016 dependerá en buena medida de los resultados de la reforma fiscal.
José Luis Martínez, estratega de Citigroup para España, sostiene que “la cuestión de fondo ya no es tanto cumplir el déficit año a año como justificar su incumplimiento por factores cíclicos o costes financieros”. Dicho lo cual, Martínez cree que la clave para el cumplimiento de las metas de déficit pasa por el crecimiento y duda de que haya un plan B si el PIB español sitúa su crecimiento en el entorno del 1%, sobre todo porque supondría recortar gastos o subir impuestos en un año electoral.
Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School, añade a los motivos del incumplimiento “las noticias de esta semana sobre las pérdidas del esquema de protección de activos de la CAM”, anunciadas por el ministro de Economía, Luis de Guindos. Sin embargo, considera que la desviación del objetivo de déficit será “tolerable”. Tanto que augura que España y Portugal pueden convertirse “en el ejemplo que Bruselas busca para justificar las políticas de ahorro fiscal y la necesidad de reformas estructurales”. Carbó cree que sería “un error una relajación excesiva en materia presupuestaria” y que ello pondría en juego la estabilidad del bono soberano.
Con gran minuciosidad, como siempre, David Taguas, director del Instituto de Macroeconomía y Finanzas de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, detalla cómo y por qué el déficit quedará en 2013 más cerca del 7,3% del PIB, o del 7,8% si se incluyen las ayudas a las instituciones financieras. Taguas centra su argumentación en la vía elegida por el Gobierno para reducir los desequilibrios, como el déficit por cuenta corriente que “se explica por una caída de la tasa de inversión de 12,7 puntos”. Un dato que refuerza su tesis de que la economía española está lejos de estabilizarse y que son las familias y las empresas las que han llevado a cabo el verdadero ajuste. “La economía necesita aumentar la inversión y devolver deuda externa. No es posible hacerlo sin ahorro”, sostiene Taguas, y para ello, asegura, hay que reducir gasto corriente.
Joaquín Maudos, catedrático de Fundamentos Económicos de la Universidad de Valencia, recuerda que, pese a que las ayudas a la banca no se tengan en cuenta en el protocolo de déficit excesivo, “son de facto déficit público, y en 2013 ha habido varias ayudas que se dan por perdidas”. Lo importante de la desviación del objetivo de déficit, apunta Maudos, no es tanto la cuantía como su impacto sobre la credibilidad y retoma el argumento de García Solanes al afirmar que “es fundamental que se ponga en marcha lo antes posible una reforma fiscal integral que aumente la recaudación, a la vez que se aborde de una vez por todas la reforma de las administraciones públicas evitando duplicidades de gastos y aumento de eficiencia”.
Solo Miguel Ángel García, profesor colaborador de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, confía en el cumplimiento de la meta de déficit de 2013 “porque la desviación al alza en la Administración general del Estado puede estar compensada por un mejor comportamiento de la Seguridad Social y de las corporaciones locales”, apunta. García admite que está en juego la credibilidad de los inversores internacionales, pero pone el acento también en su impacto sobre la sociedad española. A su juicio, “la política fiscal en 2014 podría llegar a ser neutral de confirmarse una evolución más favorable del sector privado, para lo cual es imprescindible una evolución más favorable de los salarios con pocos descuelgues”.
Juan Ramón Cuadrado, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá, es tajante: “La economía es tozuda y no admite milagros ni marrullerías”. Cuadrado ve difícil compaginar la necesidad de que Hacienda recaude más —más impuestos— con lo que necesita en este momento la actividad económica —menos impuestos—. “En la reducción de gastos corrientes es donde hay un margen importante ligado a la reforma de las administraciones públicas”, apunta Cuadrado, que pide cambiar el fuerte ajuste llevado a cabo sobre la inversión pública. Según sus cálculos, para lograr las metas fijadas hasta 2016, la economía debería crecer un 2%, y la reforma fiscal en estudio, aportar más recaudación. Complicado.
PD2: Ayer hubo un alto en el camino. EEUU publicó un muy mal dato de ISM manufacturero (indicador de actividad adelantado), que alertó sobre dónde está la economía yanqui a los inversores:
Las bolsas americanas, el motor de la subida de los mercados, lo han hecho a pesar de que los beneficios empresariales no marcaban esa pauta… Era la FED y sus estímulos estúpido!!!
Eran sólo los estímulos de la FED, que no se pueden volver a reproducir en los siguientes 5 años… ¿o sí?
Y llevamos muchos meses sin una corrección del mercado..., que ahora llega.
A pesar de esta corrección que hay en marcha no se pone en duda que el mercado alcista continúe. Las bolsas siempre se comportan con subidas y correcciones. Y éstas últimas no se habían dado en los últimos meses y son necesarias para dar continuidad a las subidas.
PD3: Y el oro, activo especulativo que hay que evitar, corrige el largo avance que hizo en la crisis y denota tranquilidad…
PD4: Nos japonizamos:
Y unos piensan que volveremos a cuando los momentos de bonanza… Y esto no será así. Veremos primero si nos metemos en la deflación japonesa antes.
PD5: Las aventuras de Indiana Jones y el Arca de la Alianza fue una película que marco un antes y un después entre todos nosotros. Trepidante, emocionante, su búsqueda para obtener su poder… En la Biblia las historias sobre el devenir del Arca, donde Moisés guardó los 10 Mandamientos, son muchas. Te gustarán y te gustará meterte en la Biblia, en las guerras del Antiguo Testamento y en mensaje de amor del Nuevo:
Lectura del primer libro de Samuel 4, 1-11
En aquellos días, se reunieron los filisteos para
 atacar a Israel. Los israelitas salieron a enfrentarse con ellos y acamparon junto a Piedrayuda, mientras que los filisteos acampaban en El Cerco.
Los filisteos formaron en orden de batalla frente a Israel.
Entablada la lucha, Israel fue derrotado por los filisteos; de sus filas murieron en el campo unos cuatro mil hombres.
La tropa volvió al campamento, y los ancianos de Israel deliberaron:
-«¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos? Vamos a Siló, a traer el arca de la alianza del Señor, para
 que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.»
Mandaron gente a Siló, a por el arca de la alianza del Señor de los ejércitos, entronizado sobre querubines. Los dos hijos de Elí, Jofra y Fineés, fueron con el arca de la alianza de Dios.
Cuando el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.
Al oír los filisteos el estruendo del alarido, se preguntaron:
-«¿Qué significa ese alarido que retumba en el campamento hebreo?»
Entonces se enteraron de que el arca del Señor había llegado al campamento y, muertos de miedo, decían:
-«¡Ha llegado su Dios al campamento! ¡Ay de nosotros! Es la primera vez que nos pasa esto. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos, los dioses que hirieron a Egipto con toda clase de calamidades y epidemias? ¡Valor, filisteos! Sed hombres, y no seréis esclavos de los hebreos,como
 lo han sido ellos de nosotros. ¡Sed hombres, y al ataque! »
Los filisteos se lanzaron a la lucha y derrotaron a los israelitas, que huyeron a la desbandada.
Fue una derrota tremenda: cayeron treinta mil de la infantería israelita.
El arca de Dios fue capturada, y los dos hijos de Elí, Jofril y Fineés, murieron.